Netflix hace rato que está con un catálogo de series alemanas muy interesante. Tenemos en la lista a Dark, El Perfume, Perros de Berlín, Bárbaros etc.
A este catálogo europeo se suma “Oktoberfest”, una serie de época que se estrenó el 2020. No es de las más famosas, pero no deja de ser interesante, fácil de digerir (a diferencia de Dark) y corta, solo tiene 6 capítulos.
Dirigida por Hannu Salonen, esta producción alemana distribuida por Netflix se basa en hechos reales que pasaron a principios del siglo XX en la ciudad de Múnich. Específicamente en torno al famoso festival cervecero que lleva el nombre de la serie, realizado año a año en esta ciudad (con excepción del 2020 que se suspendió por el covid) albergando a personas de todo el mundo que acuden al festival a probar cervezas de diferentes tipos y para todos los gustos.
Resumen:
Curt Prank (Misel Maticevic) es el protagonista de la serie, y llega a Múnich desde Nuremberg en 1900, con la idea de instalar una carpa con capacidad de 6.000 personas en el festival cervecero Oktoberfest que se celebrará en la ciudad.
Hasta entonces, la festividad solo era protagonizada por cervecerías locales y pequeñas, que se instalaban con sus posadas para que los asistentes fueran a tomar cerveza, en un ambiente de festival, música, juegos para niños y otras entretenciones.
Este proyecto era gigante y no visto para la época. Una carpa mucho más grande que las tradicionales posadas, que tenía como objetivo recibir en masa a personas de todo el mundo (no solo locales), haciendo crecer la industria cervecera de Prank. Esta idea central, es precisamente la historia real en la que se basa la serie.
A pesar de lo grande del proyecto, la construcción de esta carpa no era un impedimento para el ambicioso empresario cervecero, que está dispuesto a corromper a los que sean necesarios y a tomar medidas “no tan legales” con sobornos, extorsiones, violencia e incluso asesinato para cumplir sus objetivos.
Uno de los que sufren de las maquiavélicas técnicas de Prank al momento de llevar a cabo su empresa, es la familia Hoflinger, dueños de una pequeña cervecería llamada Deibel, que estaba al borde de la quiebra debido a sus deudas.
Además de la pugna que surge entre ambas familias, también se enreda el romance entre ellos. Tal Romeo y Julieta, Román (Klaus Steinbecher) el mayor de los Hoflinger y Clara Prank (Mercedes Müller) la hija del magnate cervecero protagonista, se unen a pesar de las disputas entre sus padres y sus cervecerías.
Lo bueno de la serie:
La serie tiene una historia y un guión muy bien pensado. Además de la trama general, existen sub historias como el romance de los protagonistas. También podemos ahondar en la vida del menor de los Hoflinger y su relación con los artistas bohemios, buscando su identidad personal y como dibujante, que para ese entonces, no era muy bien vista por la sociedad y su familia.
Encontramos también una visión de la corrupción empresarial cervecera, el lobby entre la industria y las relaciones de poder entre el mundo político y empresarial.
También el director muestra (con menor protagonismo) la relación de la ciudad civilizada con pueblos tribales que aún conviven con grandes diferencias y un guiño a las injusticias que vivían también las mujeres (especialmente las camareras de las posadas) en un entorno machista que se daba muy marcado en esa época y en la industria de los bares cerveceros.
Todas estas tramas, el director y sus guionistas las mezclan muy bien, creando un producto entretenido, muy interesante de seguir, sin despegarse de la pantalla hasta que se acaban todos los capítulos.
La dirección de fotografía.
Un punto adicional que le doy a la serie es la excelente dirección de foto que posee. Gran acierto es el que tiene Felix Cramer, junto al director de la serie. Logran a mi gusto transmitir un ambiente visual que te lleva a estar en ese Múnich de 1900, con una sensación fría, intensa y violenta. Sus colores e iluminación muy bien cuidada, permiten alejarse de la imagen de una serie mas documental o tradicional de época y le dan una textura única que se agradece estéticamente en todos los capítulos.
¿La recomiendo?
Totalmente recomendada, en especial para esos días donde hay que buscar un panorama para quedarse en casa y entretenerse viendo estos 6 capítulos. Eso sí, no la recomiendo como una serie familiar para ver con menores, hay escenas un poco violentas y de sangre explícita y a veces exagerada.
Por: Rafael Vásquez González
*Las fotografías son escenas de la serie de Netflix.